Muchos de nosotros (aunque algunos no lo admitan) hemos visto películas porno en algún momento de nuestras vidas.
Estas películas a veces nos sirven de inspiración para las más alocadas de nuestras fantasías. Pero qué hay de real en el porno. Todo lo que se ve en estas películas es posible o mínimamente cercano a la realidad.
En este post vamos a aclarar algunas de estas preguntas para poder tener la información con la que poder plantearnos unas fantasías mínimamente reales.
Evidentemente el hecho de que a la mayoría no nos ocurre que, estamos en casa y se nos planta en la puerta un atractivo y fornido fontanero, o una despampanante chica de la limpieza, ya nos da una pista de que el porno se aleja bastante de la realidad. De hecho, lo más probable, es que si alguna vez nos pasara eso, es más probable que pensemos que estamos en una cámara oculta que nos creamos que eso nos está pasando realmente. Pero no solo hablamos de las tramas (sobre las cuales se podría hablar largo y tendido) si no de las prácticas sexuales que habitualmente aparecen en las sesiones de sexo desenfrenado que podemos ver en este tipo de películas.
La pobre educación sexual de los jóvenes de hoy en día y el acceso fácil y gratuito a contenido pornográfico puede provocar que mucha gente (no solo los jóvenes) crean que una película porno es como una especie de documental realista sobre el sexo real en nuestra vida diaria. Algo así como un reportaje de National Geographic. Creer que ese tipo de comportamientos y relaciones puede llevarnos a enfrentarnos a la frustración y problemas de autoestima bastante graves. Además de creer que ciertas posiciones dan placer sexual cuando en numerosas ocasiones ocurre justo lo contrario.
Como ejemplo el hecho de introducir uno o varios dedos dentro de la vagina. En ua peli porno eso se traduce en un humedecimiento automático de la zona así como un orgasmo asegurado en la mujer. En la realidad, algunas acciones como esta puede provocar dolor e incomodidad en muchas mujeres haciendo que se corte el placer y sensualidad del momento.
Otra ejemplo sería la saliva o los cachetes. En el porno, la saliva va y viene sin parar pero en la realidad a muchas mujeres (y también a hombres) les resulta desagradable usarla en una relación sexual. Con los cachetes pasa otro tanto de lo mismo.
Si hablamos de sexo oral, lo típico del porno es que el hombre coja la cabeza de la mujer cuando esta le está haciendo una felación, pero en la realidad, eso puede provocar problemas respiratorios o arcadas debido a la fuerza o la profundidad con que el hombre introduce el pene en la boca de la mujer.
Evidentemente habrá mujeres a las que les guste alguna de estas cosas, pero no hay que generalizarlas debido a lo que transmite el cine porno.
Cuando hablamos de posturas hay que centrarse en que las que aparecen en las películas, son aquellas que dan bien en cámara, pero utilizar estas posiciones en la vida real a veces puede resultar se algo imposible o poco placentero ya que hay que estar más pendiente de mantener el equilibrio o por no facilitar el contacto piel con piel.
Evidentemente el cine porno es divertido y puede ponernos a tono para nuestras relaciones sexuales e incluso darnos alguna idea para llevar a cabo con nuestra pareja, pero siempre teniendo en cuenta que es una exageración del sexo que muchas veces no se corresponde con la realidad.
A continuación os dejamos con otros conceptos que podemos comparar entre el porno y la vida real:
1. Tamaño. El pene de un actor porno mide entre 15 y 20 centímetros. La media de un pene real está entre los 12 y los 17 centímetros.
2. Vello corporal. En el cine porno tanto hombres como mujeres no suelen tener un pelo en sus genitales. En la vida real el 65% de las mujeres y el 85% de los hombres sí lo tienen. Además el vello cumple una función protectora y es por eso que se encuentra en las partes más delicadas de nuestro cuerpo.
3. Tipo de vagina, pechos. En el cine porno parece que todas las actrices tienen los mismos pechos y vaginas, cuando en la realidad hay pechos y vaginas de todos los tipos y tamaños. Lo mismo pasa con los penes.
4. Tiempo de preparación. El tiempo que tarda nuestro cuerpo y nuestra mente en relajarse y ponerse a tono para una relación sexual es de 10 a 12 minutos. En las pelis porno todo es inmediato y no se necesita ningún tipo de preliminar. Parece que no tengan preocupaciones ni obligaciones diarias que puedan hacer que tengan la mente en otra parte.
5. Duración hasta la eyaculación masculina. Los actores porno parecen capaces de mantener una erección durante horas o días. La aplastante realidad es que la mayoría de los hombres eyacula a los 3 minutos.
6. Orgasmo femenino. Las actrices porno tienen orgasmos fácilmente y muchas veces incluso en el mismo instante en que son penetradas. La realidad es que a muchas mujeres les cuesta llegar al orgasmo y el 71% de las que sí lo experimentan, no llegan a él con la penetración, si no que necesitan otros estimulantes para conseguirlo.
7. Sexo entre mujeres. En el cine porno, las mujeres tienen continuamente relaciones sexuales con otras mujeres. En la realidad, solo el 11,5% de las mujeres han tenido relaciones lésbicas. Lo sentimos por aquellos hombres y mujeres que sueñan con ello, ya que es poco probable que vivan esa experiencia en directo.
8. Sexo anal. Solo el 40% de las mujeres ha probado el sexo anal.
9. Sexo oral. A muchos hombres parece que les gusta que las mujeres se dejen rociar su cara con semen o que se lo traguen durante una felación. La realidad es que solo el 22% de las mujeres dejaría a un hombre hacer eso y solamente el 30% se lo tragaría.
10. Tríos. El porcentaje de mujeres que ha hecho algún trío en su vida es solo del 20%
11. Eyaculación femenina. Solamente un 6%!!! de las mujeres experimenta eyaculaciones.
12. Bondage. Este porcentaje ya sube, y es que el 40% de las mujeres lo han probado.
Son muchas cifras y números, por lo que os dejamos este vídeo para que os hagáis una idea más gráfica gracias a la comida de estos datos.